Son colecciones de material purulento (pus) que, aunque generalmente son el resultado de infecciones bacterianas, en algunos casos pueden no representar infecciones, sino manifestaciones de otras enfermedades de la piel como la paniculitis u otras enfermedades con abscesos, como la hidradenitis y la foliculitis disecante. Suelen ser dolorosas y calientes. El dolor suele ser pulsátil.
Tratamiento
Por lo general, el tratamiento más indicado para los abscesos es el drenaje quirúrgico, pero es esencial identificar la causa de su inicio y tratarlo. En el caso de infecciones, se necesitan antibióticos. Finalmente, el paciente puede necesitar hospitalización. Es necesaria siempre la evaluación médica para determinar el tratamiento más preciso para cada caso. Solicita evaluación si presentas alguno de los síntomas anteriores.
Prevención
Una de las principales formas de evitar un absceso es tener hábitos de higiene, siempre limpiando la piel, lavándose las manos, no utilizando toallas de otras personas, así como utensilios y accesorios como tijeras.